Mis brazos son una barca inestable en un mar profundo y hostil.
En ella suben todos aquellos que quieren franquearlo.
Amo a algunos de ellos y soy correspondido,
detesto a algunos otros y soy correspondido,
pero la mayoría me son indiferentes.
Ése es el oficio de mis brazos, y no puedo quejarme.
Aunque sepa que van a hundirse sin remedio.
algo huele a cambio?
Depende del tipo de cambio 😉