Ya sé que sueno grave y aburrido
cuando comienzo a hablar del mismo asunto
y que si lo mirara en su conjunto
vería que no es tanto lo ocurrido.
Os juro que os entiendo y que coincido
con todos en que, más que hablar, barrunto.
¡Si hasta yo mismo ya he llegado al punto
de, cuando pienso, hacerme el distraído!
Quisiera una actitud más divertida,
pues lo que hago es echar más leña a un fuego
que no se va a encender de todas formas;
pero ¿qué voy a hacerle si la vida
se empeña en presentarse como un juego
del que nunca podré saber las normas?
La verdad es que no llego a comprender de entero el poema, y sobre todo que tiene que ver con Miguel Hernandez.
Miguel Hernández escribió este poema:
http://albalearning.com/audiolibros/hernandez_yose.html
Y a partir del tema del poema, pero sin pretender llegarle ni a la suela de los zapatos, yo escribí este otro.
Besos.
Pues, francamente, me parece una extensión magistral del soneto inspirador:
Mantiene el mismo tono y, quizás, un perfil un tanto más recogido que el primero; Una dicción coherente, bien hilada, lejos de esticotimias y con efecto, y las rimas selectas, bien trabajadas y fuera de remilgos.
La diferencia estilística más nostable, diría yo, es la fijación de Hernández en el juego de la dualidad que no aparece en tu soneto (ver – oír // triste – enfada // viene – va // mar alegre – bahía desolada // todo – nada // cuchillo – espada // constante pena – instante plena, homofónica // oíme – verte // voy – quedo // desierto – sin arena // adios – hasta la muerte). Pero en ningún momento dijiste que quisieras continuarlo, sino que de aquel proponías éste. (Yo, sinceramente, no ahondaría mucho en el tema de las suelas de los zapatos de nadie ¡Son tan imprecisas!).
Felicidades por este colosal sonero, Hache, es una joya.
Recibe un abrazo,
Juanjo
que bueno que nos vuelvas a descubrir o recordar algo