Donde vuelan las hadas sus cometas
y peinan los enanos a los astros.
Donde visten los duendes tornasoles
y llueven, por el día, frutos secos
y moras y luciérnagas y dulces.
Allá donde la muerte baile alegre
y me enseñe, desnuda, a comportarme
como siempre quisieron mis ancestros.
Allá, a lo lejos, siempre sin descanso
cada vez que regrese su recuerdo:
donde pueda olvidarme del ahora
y ella sepa mirarme como entonces.
Que bonito, que bonito…me hizo recordar cosas de la Yaya. Quizá es que cada uno que lea esto le puede transportar a otros momentos distintos. Y cuando lo he terminado de leer me he dicho «Ya está» !Que paz Dios mio…¡
…curioso, intrigante, fantástico