No creo en ningún dios. Sólo en tus besos,
y no voy a cambiar aunque lo intentes:
condúceme al infierno de tus dientes
o al cielo de tu boca y sus excesos.
Sacúdeme el pudor de los confesos,
dame la dignidad de los dementes,
bórrame el porvenir de los prudentes,
concédeme la fe de los obsesos,
líbrame de la angustia y sus despojos,
prohíbeme el adiós, el no, el jamás,
despójame de miedos y reproches.
Prometo no cerrar nunca los ojos
sin haber recordado una vez más
el color de los tuyos. Buenas noches.
¡¡Precioso, Ernesto!!
Una plegaria realmente bella. Como siempre, gracias.
Precioso, como siempre, qué envidia me da tu chica, envidia de la sana 😉
Precioso, precioso, tanto tiempo sin leer nada tuyo… recuerdo aquellas palabras de «En que se le haga merced»
Reblogueó esto en MECASOENSORIAy comentado:
Así me desea buenas noches Ernesto en twitter. Qué más puedo pedir. Se me embarran los negros ojos.Mil gracias.Recuerda que si hay trabajo en Toronto yo soy francófona con passport.