Para Alessia Petralia
Abriste los ojos
y ya me tenías:
pasé tantos días
bebiendo de ti…
Crucé tus aceras
desnudo y sin prisa:
mi nueva sonrisa
no huía de mí.
Y ahora que soy
una nueva persona
me marcho. Perdona
mi súbito adiós.
No puedo quedarme
aunque me lo pidas,
porque en nuestras vidas
sobramos los dos.
No digo «jamás»
ni miro hacia atrás:
busco mi destino.
Debo caminar,
aprender a andar,
pero no contigo.
He amado tu ruido,
tus noches violentas,
tus lágrimas lentas,
tu forma de ser…
Lo tienes, sí, todo,
y no es suficiente:
ser tan complaciente
no te deja ver
que eres tan pequeña
y el mundo tan grande
que hacia donde ande
estaré mejor.
Y si te conformas
con ser lo que eres,
habrá otras mujeres
que tengan mi amor.
No digas «jamás»
ni mires atrás:
busca tu destino.
Debes caminar,
aprender a andar,
pero no conmigo.
Despues de tanto tiempo sin poesia alguna por tu parte, me encuentro con esta maravilla cargada de nostalgia, porque todas las despedidas suelen ser asi
es la dècima vez que la leo y si tuviera palabras para decirte cuanto me mueve esta poesia le utilizarìa, pero ya no se pueden encontrar. no hubieras podido hacerme un regalo mejor. ya te hecho de menos un montòn!