Estudié Arte Dramático y Filología. La práctica, y luego la teoría.
Ahora, tras años de actuar y dirigir, de escribir poesía y teatro, tengo claro que no me interesan los compartimentos estancos. Pero aún me interesa menos la poesía para poetas y el teatro para actores y/o directores.
Frente a otros conceptos igual de válidos a la hora de adentrarse en la poesía, me interesa sobremanera el asunto del ritmo: esa bendita cadencia musical que puede elevar el placer estético del poema, que es un elemento sine qua non de mi yo poeta, y, en cierto modo, de mi yo lector.
Con todo, lo que más me interesa de la profesión del escritor es el hecho mágico de contar historias, que es un hecho maravilloso y adictivo sólo comparable al de escuchar historias.
Y, por favor, no nos tengas mucho tiempo sin nuestras dosis de historias.
Ánimo en esta nueva andadura. Deseando estoy leerte! Un beso muy fuerte!
Me encanta tu blog, tu esencia y su concepto.Animo poeta! que aun hay muchos oidos a los que susurrar mareas!